Jackie Viteri

Desde niños deberíamos aprender la buena educación que además de buenos modales nos enseñe sobre la cortesía con los vecinos.

Como todos hemos tenido o tenemos vecinos, el trato educado con ellos debería ser materia de enseñanza en los centros escolares la cual nos capacite para una convivencia en armonía.

En fin, lejos estamos de aquellos tiempos en que una tacita de un recién colado café de un vecino era un gesto común de hermandad. O cuando en respeto a un luto o a una enfermedad, el vecino se abstenía de alzar la música o a hacer ruidos innecesarios.

Hoy día, aunque la cercanía física es mayor, pues una gran parte de la población vive en apartamentos, apenas sabemos quién vive a nuestro lado. Es escasa la cortesía, la cordialidad, y las normas de conducta necesarias para la vida en comunidad cuando se vive “puerta con puerta”. Siendo así, vale…