Jackie Viteri

No poner los codos en la mesa, no masticar con la boca abierta, sostener la puerta a la persona que viene detrás son modales que conocemos bien desde pequeños. Pero existen otros menos mencionados, que de no ponerlos en práctica pueden hacerte ver como una persona maleducada o disgustar a otra persona.

Estos ocho malos hábitos son sencillos pero es importante repasarlos para saber si estás cometiendo estos errores:

1. Mensajear (textear) noticias importantes.

Temas como la muerte de un pariente, la petición de un divorcio, el aviso de un embarazo a la pareja y la felicitación de cumpleaños a un pariente cercano (madre, padre, pareja, hijos o hermanos) es preferible comunicarlos en persona o de no ser posible, hacerlo vía telefónica.

2. Llamar al camarero con un silbido o con un grito.

Establece contacto visual o levanta la palma de la mano, esto es suficiente para llamar su atención. Ten paciencia, cuando el restaurante está lleno este profesional está más ocupado.

3. Anunciar que vas al baño durante una comida.

Un adulto sólo necesita excusarse o decir que en breve regresa. Tus compañeros comensales no necesitan conocer el motivo de tu breve ausencia.

 

4. Señalar con un dedo.

Para evitar que alguien se sienta acusado, indica la dirección con la mano abierta y los dedos juntos.

5. No confirmar tu asistencia a un evento.

Luego de recibida una invitación, se debe responder en un plazo de 24 horas. Con esa acción cortés, ayudarás a la planificación del anfitrión.

6. Tratar un tema personal por teléfono delante de otras personas.

Ya sea por un teléfono fijo o por uno móvil, no es correcto hablar delante de otras personas ajenas a esa conversación.

7. Retirar tu plato inmediatamente termines de comer, sin esperar por los demás.

No debes quedarte con el espacio vacío mientras los demás comen. Para evitar esto, debes reducir la velocidad al comer. No hacerlo, pone presión en tus compañeros de mesa.

8. Tocar a un bebé ajeno para hacerle una gracia.

Un bebé atrae ternura y atención de todos, pero no es prudente tocarlo, mucho menos besarlo, a menos que los padres te lo pidan. En cuyo caso, es preferible no aceptar para cuidar la salud del bebé.