El día que conocí en persona a Patricia Vlieg
Desde que la vi por primera vez me impactó y comencé a escribir sobre su voz angelical. Mis letras han ido en aumento luego de disfrutar varias de sus presentaciones. Es más, el vocabulario se me achica ante tanto talento que emana a través de su voz pausada, sus dedos y su mirada. Así es, porque su mirada no es hacia afuera, es un espejo de todo su interior cargado de dulzura y sensibilidad.
La misma dulzura que sentí cuando le hablé por teléfono respondiendo a su invitación para ir a conocerla en su segunda visita a nuestro país (República Dominicana). Parece que mis letras “tocaron” a ese ángel que canta. Ella agradecía mis palabras y yo estallaba de emoción al otro lado de la línea telefónica.
Vino invitada por Casa de Teatro a raíz de su triunfo en la XVII Feria Internacional del Libro. Con la sala llena, el público dominicano se conmovió ante un concierto que inspiraba corazones. El talento hecho mujer panameña y acompañada de su excelente grupo de artistas, fundió géneros y sonidos en una noche de jazz, baladas románticas y fusión latinoamericana.
Días después del concierto pautamos el encuentro. Ese lunes amanecí rebosante de alegría y emoción. Contaba los minutos y las horas hasta que el reloj marcara las 6:00pm. Llegué a Casa de Teatro donde Patricia tendría un conversatorio literario con artistas dominicanos y me dirigí a una sala contigua al lugar de su presentación.
Ahí estaba disfrutando de una copa de vino junto a otras personas y acompañada de su inseparable manager, Vilma Esquivel. El recibimiento indicaba estar esperándome, mi nombre era para todos familiar. Mi emoción iba en aumento. La luz de este ser humano es aún mayor de cerca que en tarima. Es dulce, angelical, es preciosa.
Fue muy gentil y simpática, me decía que había leído mis escritos y me preguntaba otras cosas. Yo la escuchaba y la miraba fijamente e intentaba recordar lo que “preparé” para decirle, pero lo olvidé todo. Me impactó lo advertida que estaba de todo su alrededor y yo me preguntaba cómo hacía tanto y tan maravillosamente bien.
Agradezco ese honor de conocerla pues para mí ha sido una experiencia inolvidable. La admiro como ser humano porque proyecta la paz y amor que inspira a muchos. La admiro como mujer porque la excelencia de su trabajo la destaca ante los demás y le imprime la ternura propia de su género. Y la admiro como artista porque es una fuente inagotable de talento. Patricia es cantante, compositora, arreglista, pianista, guitarrista, excelente comunicadora, habla varios idiomas y seguro que me faltan por descubrir otros talentos más.
Espero que nos visite con más frecuencia y que su arte siga tocando nuestros corazones.
Los dejo con una frase que Patricia repite con frecuencia (extraída del libro El Principito):
“Lo esencial es invisible a los ojos…”
Y yo añadiría… porque sólo el corazón puede ver y sentir.
¡Éxitos!
Esta es una presentación, que encontré en Youtube publicada por Vilma Esquivel, de Patricia Vlieg cantando I am a Thousand Winds en japonés. Majestuosa interpretación:
Bonita Remembranza!
Para sentir las emociones hay que tener sensibilidad y para transmitirlas, se requiere talento.
Gracias!
Debo agradecerte inmensamente que gracias a tu blog he conocido a personas interesantísimas y una de ellas es Patricia Vlieg.
Nunca antes había escuchado de ella y mucho menos sabía cómo era su voz. Al igual que tú, luego de escucharla quedé cautiva de la dulzura con que canta.
Te felicito por el privilegio de conocerla en persona y por la distinción que tuvo contigo. Espero que esa amistad se consolide y que Patricia Vlieg nos visite nuevamente, para ver si tenemos la oportunidad de disfrutar de su melodiosa voz.
Qué lindo comentario! Patricia Vlieg no sólo tiene voz de ángel, ella misma es un ángel. Sus canciones mueven todos los sentimientos y no quieres parar de escucharla. Yo espero que regrese pronto. Gracias!