El último adiós merece respeto
En los últimos meses he asistido con frecuencia a despedir a varios seres queridos por lo que me he visto motivada a escribir sobre un tema que, aunque en realidad no es mi preferido, pienso que pudiera ser de utilidad para esos momentos en que debemos acudir a dar consuelo a alguien que lo necesita.
Un último adiós es sin dudas un momento de dolor y en muchas ocasiones de confusión porque suele ser inesperado, no obstante, la asistencia a los funerales requiere un mínimo de compostura y unas normas de protocolo básico tanto para quienes desean manifestar su solidaridad como para la familia afectada.
Es cierto que con el paso del tiempo algunas reglas van cambiando y ofreciendo mayor flexibilidad, pero lo que sí se mantiene igual es que los rituales funerarios, sin importar la religión ni la cultura, sirven para expresar los sentimientos con relación a la muerte de un ser querido. Se trata de una despedida pública que inicia el proceso de duelo a una familia que continuará su vida sin la presencia de ese ser.
Este aspecto “público” no debe restar formalidad a una ceremonia que merece respeto y sobriedad, valores que con frecuencia notamos ausentes en un velatorio o en un funeral.
Es importante poner en práctica algunas reglas básicas de la etiqueta para evitar una situación embarazosa o no deseada. A continuación algunas recomendaciones:
Excelente tema Jacqueline. No solamente eso, se nota que los funerales se han convertido en sitios sociales, donde se habla mas de otro temas que de la persona fallecida, las entregas de tarjetas uso normal aunque entendemos que no existe una regla que lo limite. Buen aporte, Te felicito nuevamente.
Excelente jackie!! Estoy completamente de acuerdo contigo. Me indigna ver personas que van a los funerales vestidos con ropa con algunos detalles de colores llamativos, con muchísimas prendas y pulseras que suenan al moverse o caminar o prendas que parecería que van para una fiesta, en una occasion vi a una joven asistir a un funeral con unos zapatos plateados, otras que van a hacer cuentos y chistes en plena sala. Entiendo que si las personas no van a acompañar a los familiares del difunto en su dolor con el comportamiento y vestimenta adecuada que mejor no asistan.
Excelelnte articulo!!!
Hace unos años murió una tía y de verdad que camino al cementerio parecía más un paseo que un cortejo fúnebre. Hasta el punto que tuve que pedirles se callarán y respetaran. Luego en el cementerio me toco pedirles a algunos que se retiraran un poco de féretro y dejaran a la familia despedirse. Porque otra tía que vivía en otra ciudad llego tarde y llego directamente al cementerio y no la dejaban ni arrimarse al ataúd a despedirse de su hermana. Fue un momento muy bochornoso.
Muy acertado tu artículo y bastante ilustrativo para que sepamos la forma correcta de conducirnos en un momento de tanto dolor.
Ojalá este mensaje llegue a la gran mayoría y que podamos poner en práctica cada una de estas pautas sugeridas.
Muchas gracias y nueva vez te felicito por tus escritos.