Jackie Viteri

De veras, Lucía es una joyita en medio de la zona colonial. Con paredes que narran la época de la colonización, cientos de lucecillas y un espectacular patio español, este bar/restaurante es un encanto. Música para bailar y un amplio y delicioso menú completan el sortilegio.

Este sábado en la noche visité el lugar y disfruté a plenitud de una de mis grandes pasiones: ¡el baile! Pues cada jueves y sábado el grupo musical Sabor a Son interpreta diferentes géneros musicales para un público adulto: desde son, merengue y salsa. La parranda comienza a las 10:00 pm hasta la 1:00 de la madrugada los jueves y los viernes y sábados hasta las 2:30 am.

Lucía 203 cuenta con una amplia gama de bebidas.

 Tal como lo sugería el grupo, saboreé el son, además de sus ricas y tradicionales empanadas de cangrejo y lambí y un exquisito cóctel Margarita.

En este espacio singular y rústico de la calle Hostos se disfruta de un ambiente alegre, acogedor y casual, aunque puede convertirse en un escenario formal e ideal para la boda más elegante de la ciudad bajo un cielo estrellado, además de contar con salones y facilidades para reuniones y otros tipos de eventos.

El servicio de los camareros es eficiente y muy atento, siempre dispuestos a contestar cualquier pregunta que uno pueda tener. Además los platos son preparados por los mismos chefs del famoso Mesón D’Bari, restaurante que se caracteriza por un menú típico y que queda a unos pasos en la acera de enfrente.

Grupo Sabor a Son

Mi experiencia en este lugar donde la belleza y la armonía coinciden, fue agradabilísima. Allí estaré de regreso pues me falta asistir a sus conciertos de jazz, de rock y ¡me quedaron muchas delicias por probar!

¿Te animas a divertirte y celebrar en Lucía 203?