MI REGALO DE REYES FAVORITO

Creí en la llegada de los Reyes Magos hasta los siete años. Los dos últimos años, sin embargo, solo fingí creer. La fantasía se desvaneció una noche cuando vi a “uno de los Reyes” esconder un regalo en mi habitación. Pero esa revelación no apagó el brillo de aquel día.

En mi casa llegaban tres Reyes Magos, aunque no precisamente Melchor, Gaspar y Baltasar. Uno de ellos, el más entusiasta, tomaba mi mano cada 6 de enero para llevarme a ver el desfile de Reyes alrededor del Parque Independencia en Santo Domingo. Entre empujones y risas, él me apartaba de los “soldados romanos” cubriéndome con su cuerpo u ocultándome en algún comercio para “protegerme”. Aquel paseo, lleno de emociones y sustos, todavía lo llevo en el corazón como una de mis aventuras favoritas.

Los regalos que recibía eran sencillos y escasamente envueltos, pero me hacían inmensamente feliz. Por lo general no eran los juguetes que pedía, porque los que yo pedía “eran difíciles de subir a la segunda planta” donde vivíamos. Ahora lo entiendo todo.

Entiendo las ollitas plásticas chinas con las que imitaba los pasos de mi abuela cocinando, usando granos de arroz y de habichuelas que ella me daba. Entiendo las muñecas de trapo que ella cosía con amor, que luego se convertían en mi público catador de comidas imaginarias. También entiendo por qué nunca llegó el tren (tamaño real) con el que soñaba recorrer el barrio y pasear a mis amiguitos al sonido del silbato o de la campana.

La víspera de Reyes era un ritual en casa. Dejábamos comida y agua para los camellos y me iba temprano a la cama, aunque la emoción me mantenía despierta hasta muy tarde.  Fingía dormir mientras repasaba mentalmente mi conducta durante el año, pensando si había merecido regalos. Confieso que eso me preocupaba un poco…

Una noche, al quinto año de celebrar esta mágica visita, escuché un sonido en mi habitación. Abrí ligeramente los ojos, vi a alguien rebuscando en mi closet y luego salir sigilosamente. No me asusté porque la persona era conocida. A la mañana siguiente esa misma persona me despertó con algarabía llevándome al closet a descubrir mi regalo. Allí estaba: ¡el piano de colores que había visto en la tienda de juguetes!

Aquel piano fue más que un juguete. Con sus tres patas blancas y un pequeño sillón se convirtió en mi pasatiempo favorito. Todo el día ofrecía conciertos imaginarios a mi familia, anotaba notas musicales en sus teclas con lápiz de carbón para memorizarme varias canciones y años más tarde lo compartí con mis hermanos y luego con mis hijas. Aunque ya está descolorido y sin patas, sigue sonando y transportándome a mi niñez.

Este piano tiene más de 50 años conmigo y siempre será mi regalo favorito de Reyes. No solo por lo que significó, sino por lo que simboliza: el esfuerzo, el amor y la magia de mis exclusivos tres Reyes Magos.

Estos Reyes no venían del Lejano Oriente, pero sí eran magos. Convirtieron cada enero en una fiesta de ilusión y felicidad para mí. Sus nombres eran Manuel, Tona y Nilda: mi abuelo, mi abuela y mi mamá. Un súper trío por el que me encantaría ir a la cama temprano una vez más, fingir estar dormida y ver a mi abuelo aturdido escondiendo mis regalos en mi habitación.

Gracias, abuelo, por tus historias y nuestras caminatas; gracias, abuela, por tus muñecas de trapo y juguetes hechos a mano; gracias, mami, por querer bajarme hasta la Estrella de Belén con tal de verme feliz. Gracias a mi trío favorito por la magia y por enseñarme a valorar lo que se entrega con amor.

¡Feliz Día de Reyes hasta el cielo a mis tres Reyes Magos!

8 comentarios

  • Avatar de Lwatamis Rivera

    Waoo que bello leerla y transportarme a mi niñez donde vivía cada 6 enero mi día de Reyes muy similar al suyo. Cuantos recuerdos llegaron a mi mente leyéndola. Gracias por compartir tía Jacki, abrazote para usted.

  • honestlywolfd4f64951d4
    Avatar de honestlywolfd4f64951d4

    Me encanta leer tus historias de niñez porque las vivo como si fueran mías. Gracias por enviármela.

    Grissette

  • Avatar de riquelmy27

    Mi admiración por esa capacidad que tienes, de transportarnos al lugar de los hechos, en cada uno de tus escritos! Qué belleza!!

    Tuve la dicha y el privilegio de conocer a tus tres Reyes Magos, siendo testigo del INMENSO AMOR que te tenían y lo celosos que eran con tu cuidado.

    El mejor homenaje que les haces es precisamente siguiendo su legado, tal cual lo vienes haciendo, derrochando AMOR por donde quiera que pasas.

    Te quiero mucho Titi Jackie, Dios te bendiga SIEMPRE!

  • Avatar de CATY PERDOMO

    Hola Jackie, mucho tiempo sin leerte, pero que especial ha sido hacerlo. Como todos los que seguro ya leyeron, esta entrega es transportarnos a nuestros más lindos recuerdos de niños, que hoy en día aun podemos celebrar y compartir con nuestros hijos y sobrinos. Una niñez tan inocente, donde la creatividad de nuestros mayores no tenía límites.

    Muchas gracias por compartir

    Caty

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