Mi encuentro con Frankenstein

Franki 1

El miércoles en la noche mientras atendía a una actividad muy linda y emotiva, tuve la oportunidad de saludar a muchos amigos y conocer a otras personas. Besos, abrazos, sonrisas, miradas y……. apretones de mano.

Sí, apretones de mano hasta que conocí a un caballero apuesto, alto, delgado, bien vestido y de fino hablar. En un instante pensé que un gesto de saludo y una amable frase eran suficientes para este galán desconocido. Pero por aquello de no ser descortés, accedí a responder a su mano extendida.

De algunas cosas me he arrepentido en la vida, esta será una de ellas.

¿Recuerdas la transformación que sufría The Incredible Hulk? Pues la viví en segundos. Aquella mano blanca se transformó en la mano de una bestia. En un instante sentí que se estallaron todos los huesos de la mía y la sensación estremeció mi cuerpo entero.  Casi me desmayo. Pasaron por mi mente todo tipo de imágenes y palabras.

 Vi gente correr (y no por  Manzanero), imaginé al Frankenstein que estrechaba mi mano aumentar de tamaño y apoderarse del edificio.

 Nunca antes una fuente de agua me había provocado tantas ganas de entrar mi mano en ella, sobre todo con el agua helada. Pero todo lo aguanté por el glamour. Por supuesto, luego de esto no supe ni entendí que más se habló en el acto. Y mucho menos quise hacer una ronda de despedida por temor a encontrarme de nuevo a Frankenstein.

 Ojalá “Franki” pudiera leer esto ahora, es más si alguien tiene planeado un viajecito próximamente a Alemania, POR FAVOR le ruego hacer llegar estas palabras al Castillo Frankenstein:

Distinguido Sr. Frankenstein:

Estrechar la mano podrá ser un gesto de cortesía, de saludo, de paz, de despedida y todo lo demás pero MENOS un gesto de dolor. Usted ha maltratado mi frágil y diminuta mano al punto que hasta los dedos de los pies se me encogieron.

Como no sé cuáles son las normas en su país, le copio unas que sí aplican aquí y así la próxima vez que estreche la mano de una dama sepa que sólo lo hará cuando ésta se lo indique y sin aplicar la ¡FUERZA!

En cuanto a mí, no le garantizo que vuelva a tocar mis aterciopeladas manos porque para ese entonces seré… ¡la MEJOR pupila de Félix Sánchez!

 El buen apretón de manos 

  1. Extienda su mano derecha para encontrar la mano derecha de la otra persona. Shake hands
  2. Apunte el dedo pulgar hacia arriba en dirección al brazo de la otra persona, y extienda su brazo en un ángulo ligeramente hacia abajo.
  3. Envuelva su mano alrededor de la de la otra persona cuando la articulación de sus dedos pulgares se junte.
  4. Tome la mano con firmeza y presione suavemente una vez. Recuerde que los apretones flojos “llaman” al “rompedor de huesos”.
  5. Mantenga el apretón durante unos dos o tres segundos.
  6. Mueva su mano hacia arriba y abajo unas pocas veces, comunicando sinceridad con un gesto (este gesto es opcional).

Advertencias: 

▪   El apretón de manos no es apropiado para todas las culturas. Investigue las costumbres locales cuando esté por visitar un país extranjero.

▪   Un apretón de dos manos no es indicado para los primeros encuentros. Es un símbolo de afecto verdadero, y usted debería reservarlo para amigos e íntimos.

▪   Cuando dé un apretón de manos por primera vez, asegúrese de limpiarse la transpiración con el pantalón (pero sin que nadie se de cuenta… y sin que queden manchas en su ropa)

▪   Cuando le da la mano a alguien por primera vez, lo más indicado es dejarle a la otra persona que decida la duración y la firmeza del apretón. Sígalo, y mantenga la presión hasta que suelte.

▪   En cualquier ocasión en la que deba darle la mano a alguien, siempre sonría. Créase o no, hace sentir feliz a la otra persona.

¿Dar la mano a una mujer? 

De acuerdo con las viejas tradiciones, un hombre nunca debería extender su mano a una mujer, en primer lugar. Una sonrisa y una pequeña inclinación de cabeza serán suficientes.

De todas formas, si ella desea darle la mano, un verdadero caballero debe tomar su mano, como si fuera a besarla, y sacudirla ligeramente mientras la sostiene. En este caso, el hombre no debe apretar con firmeza la mano de la mujer. Deje que la mujer determine la firmeza del apretón. Sígala.

Una impresión duradera

Distintos estudios demostraron que la impresión que la otra persona se forma de usted cuando le da la mano es una impresión duradera y determinante, y que mirar directamente a la otra persona es uno de los factores más importantes a la hora de formar esa impresión. Así que mire a la otra persona (y sonría).

Detenga a los rompe huesos

Por alguna extraña razón, existen muchas personas a las que les gusta destrozar dedos al dar la mano. En la infancia sobre todo, esto es más una competencia que un gesto de amistad. Sin embargo, existe un truco para derrotar a los rompe huesos. (¡AJA! LEE ESTO FRANKENSTEIN!) Cuando se da la mano con alguien, asegúrese de entregar completamente su mano. Ponga su mano completamente dentro de la otra, de modo que la membrana entre el dedo pulgar y el índice quede siempre por dentro. De esta manera, usted evitará que los rompe huesos le den un violento apretón.

6 comentarios

  • Pobrecita Jackie!!! entiendo tu sufrimiento, creo que he conocido por lo menos algún primo de ese Frankenstein. Sino te rompen la mano, te pasan una mano sudada (asco) ó se quedan con ella, en un ridículo intento de coqueteo, algo que me enfurece y me pone peor que Hulk. Son pocos los hombres que dominan ese arte. Abrazos, amiga 🙂

    • Tienes toda la razón Ces. Pocos dominan ese arte. Te confieso que mi experiencia con Frankenstein aún me duele. Cuando lo veo en la TV (porque es figura pública) ¡escondo las manos! je je je…

  • Excelente Jackie, como todos tus artículos, siempre muy instructivos, me encanta como escribes, y sobre todo los temas que escoges!!! Gracias, un abrazo

  • Melba Riquelmy Jiménez Chávez

    Creo que TODAS las mujeres, en algún momento, hemos vivido la amarga experiencia de ser víctimas de algún Frankenstein y por eso, me identifico plenamente contigo porque sé cuán doloroso es. Agradezco grandemente la cultura con sabrosura que nos ofreces, al detallarnos sobre el arte del buen apretón de manos y cómo lograr librarnos de los «ROMPE HUESOS» como Frankenstein. Te mando un fuerte abrazo, pero que no te lastime 😉

  • Pingback: El beso social y el beso en la oficina | Jackie Viteri

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