Jackie Viteri

«El nerviosismo por presentar mi primer libro desapareció cuando, sin planearlo, la vida me regaló un encuentro con Mario Vargas Llosa».

¿Cuál es la probabilidad de emprender un viaje para presentar tu primer libro y, justo antes de abordar, encontrarte en la fila con Mario Vargas Llosa? Bueno, a mí me pasó.

Primero te preguntas: ¿Qué significa este encuentro? Luego, ¿qué hago? ¿me acerco? ¿le hablo a este elegante señor de alta estatura y cara seria? Me armé de valor… y lo hice.

Después surge otra duda: ¿Le menciono el libro? ¿Se lo muestro? Le hablé de mi obra, le conté la inspiración que me llevó a escribirla, se la enseñé… y le dediqué un ejemplar.

Este importante e inesperado encuentro tenía que quedar registrado, así que me pregunté: ¿Y ahora qué hago? Ya le había tomado unos minutos de su tiempo, en medio de su gestión con la línea aérea (mi atrevimiento fue fruto de un pensamiento claro: ahora o nunca). Faltaba pedir una fotografía. Y así lo hice.

¿Cómo reaccionó Mario Vargas Llosa ante todo esto? Como un verdadero caballero. Creo que un poco sorprendido por mi osadía, pero fue amable, colaborador, y mostró interés genuino en todo lo que le conté y le mostré. Además, agradeció mis palabras de admiración hacia su invaluable aporte a la literatura.

Instantes después, ¿qué pasó conmigo? Necesité unos minutos para reponerme. Era difícil asimilar ese golpe de suerte. De la universidad a la oficina me ha traído muchas satisfacciones, pero esta, sin duda, fue totalmente inesperada.

El nerviosismo que sentía por presentar mi libro en la ciudad de Miami desapareció por completo. Sin planearlo, sentí ese encuentro como la “patadita de la buena suerte”.

Siempre estaré agradecida con Mario Vargas Llosa por su generosidad y amabilidad, y con mi hermana Patricia y mi esposo Emmanuel, por su rápida complicidad para cumplir ese sueño que Dios puso en el camino del nacimiento de De la universidad a la oficina.

Adiós a un grande de la literatura. Por fortuna su obra permanecerá para siempre. Y yo… tuve el honor de disfrutar unos minutos de su fino trato…