EL QUE INVITA, PAGA
En estos días varias personas me han pedido repetir esta historia sobre una experiencia que viví hace algunos años. Aquí la comparto de nuevo, pero con algunas sugerencias y normas de etiqueta de utilidad para casos como éste:
Me invitaron, compartí, llegó la cuenta y pagué yo. Caí en la trampa, lo admito. Fui víctima de la mayor descortesía.
Nunca voy a olvidar esa invitación de la que aún me pregunto, ¿por qué pagué yo?
Una pareja de profesionales, dama y caballero, me invitó a una reunión en un restaurante de mucho prestigio aquí en la capital, con la intención de presentarme una propuesta de sus servicios. La convocatoria fue para el mediodía, una hora complicada por el tráfico y otros compromisos laborales, pero ante la insistencia de ambos acepté.
Llegué puntual a la cita e inmediatamente comencé a escucharlos. Luego de 30 minutos sin un brindis, la ansiedad por…
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Gracias por sus enseñanzas !
Buchuann@gmail.com
Un placer. Gracias por comentar.