Si me quedo sola en una isla me quedo con un lápiz y un papel
Si te invitan a una aventura probablemente se trata de explorar, ir de camping, practicar algún deporte o perderte en lo desconocido. Yo no soy aventurera, por eso a esas invitaciones no asisto. Sin embargo, Madé Flores-Eventos me envío una invitación a una aventura a la que sí acudí.
El nombre para mí era irresistible: La Aventura de Escribir.
Prisionero entre rascacielos y el bullicio que emerge del tránsito citadino, encontré este espacio de paz, lleno de romanticismo y además muy inspirador. Era el espacio de Madé, escenario para que la escritora dominicana Luisa Pérez Viñas, autora de varios libros, nos describiera su aventura.
“Escribir es una soberana aventura” así empezó Luisa su conversatorio ante un público que disfrutaba de su espontaneidad al hablar sobre sus inspiraciones, sus recuerdos, sus tropiezos y al describir su inicio en esta travesía, el cual califica como un “comienzo un poco tardío”.
Cree en la inspiración como la materia prima para el arte de la palabra escrita y luego de publicar su novela De la Niebla al Sol, confiesa sentirse en un momento de “sequía productiva”. Al escucharla y traducir sus gestos y palabras, yo diría que se encuentra en un momento de gestación pues la sensibilidad e historias que afloran de esta escritora dan para una extensa producción literaria.
“He puesto candado después que me robaron” refiriéndose a que luego de iniciar en esta aventura ha tenido que auto educarse en la escritura. Por fortuna, su pasión por la lectura ha facilitado ese camino y citó nombres de varios escritores como sus favoritos, entre ellos la española Ana María Matute Ausejo, la novelista de mayor prestigio de las letras españolas.
Pérez, nacida en San Francisco de Macorís e hija de padre español, dice que vive atrapada en el pasado porque sólo piensa en los recuerdos. Juega al recuerdo hasta con los olores, así como «España le huele a pan tostado» recordando las visitas a casas de sus familiares españoles.
Para ella esta aventura tiene muchos matices y cada uno tiene sus propias zancadillas, como la falta de apoyo financiero, en nuestro país, para la publicación de un libro. “A pesar de todo, escribir es una experiencia maravillosa que me llena de mucho placer” enfatizó.
Su deseo de escribir más novelas la mantiene en una disputa interna por entenderse atrapada en la lógica, razón por la que se resiste a escribir novelas fantásticas o narrativas con elementos de fantasía.
Sin embargo, si nuestra “escritora aventurera” llegara a encontrarse atrapada en una isla desierta no habría disputa alguna, pues tiene muy claro cuál sería su única compañía: “¡Si me quedo sola en una isla me quedo con un lápiz y un papel!”.
Esa respuesta, el lugar y lo aprendido en el encuentro valieron con creces atreverme a esta aventura. Me encantó conocer las experiencias de esta talentosa escritora dominicana.
¡Hasta la próxima «aventura»!
Aquí te dejo algunas imágenes de Madé, un lugar súper acogedor.